Un laberinto es un pasatiempo gráfico consistente en trazar una
línea desde un punto de origen situado en el exterior de un laberinto a uno de destino situado generalmente
en el centro o bien en el lado opuesto. La dificultad consiste en encontrar un
camino directo hasta el lugar deseado. El laberinto, por su propia
configuración, contiene diferentes vías sin salida (de mayor o menor longitud)
y sólo un recorrido correcto. Puede adoptar diferentes formas: cuadrado,
ovalado, redondo, cuadrangular, etc.
Al ir
destinado mayoritariamente a niños, a veces, se propone como una prueba en la
que, por ejemplo, un ratón debe alcanzar su queso, representándose el primero
en exterior y el queso en el centro del laberinto.
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